Recuperación de la disfonía espasmódica y el blefaroespasmo. La experiencia de un paciente

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Susan Richardson

Tras un diagnóstico difícil, Sue encontró esperanza en el Programa de Recuperación de la Distonía del Dr. Farias, que hace hincapié en los ejercicios y la neuroplasticidad. Este enfoque le permitió mejorar notablemente la marcha, la respiración y el control de la voz. Su historia anima a otras personas con distonía a explorar métodos alternativos para una posible recuperación y recuperar el control de sus vidas.

 

Recibir un diagnóstico de disfonía espasmódica y blefaroespasmo fue devastador para mí. Mi padre padecía la misma enfermedad y sufrió un trágico debilitamiento lento y constante que le fue alejando poco a poco de nosotros. Confiaba en el mundo médico y hacía todo lo que le recomendaban, es decir, cirugía de párpados, botox y cirugía cerebral profunda. No había nada bueno que yo pudiera ver. Decidí que no iba a seguir el mismo camino.

Sin embargo, peiné internet en busca de esperanza y no encontré nada, salvo las mismas recomendaciones que él había seguido. Me uní a algunos grupos de facebook y me desanimé al leer entrada tras entrada de quejas y desesperanza.
Pero entonces, alguien publicó el enlace al Programa de Recuperación de la Distonía del Dr. Farias. Inmediatamente fui al sitio web y vi los numerosos ejercicios y entrenamientos del programa. Parecía la respuesta que estaba buscando. Me inscribí inmediatamente. Empecé a hacer los ejercicios de respiración, párpados y voz. Empecé a caminar religiosamente, a bailar, y me apunté a un par de seminarios virtuales para recibir una ayuda más personalizada.
He mejorado mucho. Antes sólo podía caminar 15 metros antes de que se me cerraran los ojos. El otro día me di cuenta de que había caminado un par de kilómetros sin que se me cerraran los ojos. Solía hacer muecas cuando me sentaba en una reunión porque me costaba respirar y el cuello se me agarrotaba. Ahora puedo sentarme cómodamente durante toda la reunión. Desde mi último seminario virtual, he estado practicando la lectura en voz alta mientras hacía sentadillas y sacudía el estómago (en serio, ja, ja). Ahora puedo leer con una voz fluida y cómoda. Hablé con una amiga por teléfono y exclamó: "¡Tu voz suena mucho mejor!". Poco sabía ella, las acrobacias que estaba haciendo para mantener mi voz funcionando. Pero el Dr. Farias enseña que nuestros músculos simplemente han olvidado su trabajo. No se ha perdido nada. Yo le creo y, sobre todo con el éxito que he conseguido, seguiré haciendo lo que haga falta para desarrollar la neuroplasticidad que me permita recuperar la plena funcionalidad.
En resumen, para cualquiera que sufra distonía. Hay ayuda. Ten esperanza. Cree que puedes mejorar y únete al Programa de Recuperación de la Distonía y observa con asombro cómo te curas gradualmente y recuperas tu vida.
Sue Richardson